Monday, October 30, 2017

¿Qué puede estar fallando en las empresas de transporte de valores en Colombia?

Diofanor Rodríguez Lozano CPP, PCI, PSP 

Los hurtos a las transportadoras de valores se han vuelto más frecuentes, y en los últimos meses se han dado varios incidentes, principalmente en la región caribe y centro del país.
En agosto de 2017, las ciudades de Cartagena y Bogotá denunciaron 5 eventos de asalto a mano armada, agresión a los escoltas y hurto de dinero. Según las investigaciones que se adelantan, hay indicios de la participación de bandas que se infiltran en las empresas transportadoras de valores y que, además, permean a los empleados cautivándolos para que les faciliten realizar los ilícitos.
El ultimo hecho que se presentó, los delincuentes realizaron una suplantación de la autoridad, disfrazándose de policías, y realizando el hurto del dinero con que se pretendía alimentar un cajero electrónico. Esto demuestra que la inteligencia criminal que adelantan los delincuentes es efectiva y que la anticipación de las empresas de seguridad es muy baja o nula.
Las investigaciones han arrojado indicios de que muestran que en la mayoría de los casos existió complicidad del personal de las organizaciones, lo que hace que se cuestionen, por un lado, la confidencialidad del manejo de la información de los desplazamientos y rutas, por otro, el sistema de vinculación del personal, y adicionalmente, los procesos de capacitación y manejo de protocolos que, según los incidentes presentados, han fallado, lo que demuestra que no han sido revisados y analizados con suficiente frecuencia y rigor.
Elementos como vigilancias y seguimientos pueden haber sido utilizados por los delincuentes, para ubicar las debilidades de los empleados que son abordados con el fin de lograr su colaboración. De hecho, es posible que los delincuentes estudien el pago a los empleados de las empresas transportadoras y que las ofertas que les hagan sean tan jugosas que los induzcan a terminar aceptando y facilitando los hurtos.
Las pérdidas que han sufrido estas empresas son millonarias como lo muestra la infografía tomada del diario el espectador

Estas cifras ciertamente son inquietantes. La pregunta que subyace es entonces: ¿Qué tanto se invierte en capacitación para el personal? La pregunta es pertinente, pues lo delicado del proceso y lo sofisticado de los ataques que se sufren, en cuanto a planeación y uso de armas de capacidad cinética de fuego, obliga a que el entrenamiento que reciben los guardas de seguridad debe ser especializado y riguroso, y no pueda ser el ordinario y común, que dicho sea de paso es muy regular en Colombia, pues, como se sabe algunas escuelas inescrupulosas simplemente venden diplomas para cumplir con el requisito que exige la Superintendencia de Seguridad y Vigilancia Privada.
Este es un elemento clave, porque sin duda la mano de obra de seguridad para el transporte de valores debe ser muy bien entrenada y controlada, en especial en cuanto al conocimiento y cumplimiento de los protocolos de seguridad y a su expertise, que son, desde mi punto de vista, elementos muy importantes en la prevención, el cual es el pilar de la seguridad.
A lo anterior, se suma el tema de contratación e ingreso del personal. Los cuestionamientos son: ¿Se tiene el proceso adecuado? ¿Se realizan verificaciones con debida diligencia? ¿O por el contrario, es un proceso que se volvió rutinario? ¿Se hacen con rigor las pruebas de poligrafía, visita domiciliaria y pruebas psicotécnicas? No podemos olvidar que en el 90% de los hurtos generalmente hay participación de los propios empleados, lo que obliga no solo a contratarlos con criterio de honestidad, sino con un gran esfuerzo de control para mantenerlos honestos.
Muchas veces, las empresas desarrollan protocolos, que son solo documentos creados para cumplir un requisito, pero los cuales no se divulgan y no llegan a la base, bien por la excusa del tiempo o simplemente por la negligencia que hace que todo se convierta en una rutina de aprendizaje sobre la marcha. Esto hace que se comentan errores que terminan con la perdida de los activos custodiados.
Los riesgos existentes en este modelo de negocio son de manejo complejo, porque se transporta dinero, que es lo que a nadie le sobra y todos nos falta. Esas compañías transportan dinero en efectivo y todo tipo de valores, como divisas, oro, esmeraldas, piedras preciosas, cheques, bonos y cualquier otro medio de pago, hecho que hace que los riesgos en su calificación sean altos. 
En la actualidad, la Superintendencia está revisando los protocolos de este tipo de empresas. Se espera que el documento que se realice y publique se cumpla y que este cumpla con estándares de seguridad, desde la contratación hasta la finalización dela actividad.
Pero al margen de estas Normas, de las reflexiones anteriores quedan cuatro recomendaciones: a) Mejorar la contratación del personal, b) Diseñar los protocolos de seguridad y aplicarlos con criterio preventivo y anticipativo, c) Dar al personal un entrenamiento riguroso en medidas y protocolos de seguridad y d) Hacer un seguimiento y control al personal para prevenir el contacto con delincuentes y la desviación de su conducta honesta.



  


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