Diofanor Rodríguez L
CPP, PCI, PSP
En Colombia, la paz con las FARC
fue firmada y se avanza en el proceso de implementación, sin duda con
beneficios, riesgos y deficiencias, sobre los cuales los colombianos aún no nos
ponemos de acuerdo.
Sin perjuicio de lo anterior, el
punto preocupante es que el Estado ha venido minimizado la importancia de
actores armados generadores de violencia, que han venido apoderándose de los
terrenos dejados por las Farc y construyendo su propia estela de violencia,
para mantener el control de dichas zonas.
Entre estos se encuentran las
disidencias de las FARC, sobre las que recae la gran duda de si son realmente
disidencias o son las mismas FARC, que continúan con su intimidación, a través
de extorsión y secuestro en las regiones estratégicas que están dominando.
Grupos como el Clan del Golfo, los Pelusos, la Constru, la Empresa y el ELN,
por nombrar algunos de los más conocidos, son los actores violentos a tener en
cuenta en los siguientes años en Colombia.
Después de la firma del acuerdo
de paz con las FARC, se han incrementado los grupos de GDO en las distintas
regiones del país. Así lo han venido evidenciando diferentes medios de
comunicación. En un artículo de Carcol.com, titulado los Herederos del Crimen, publicación
realizada el 27/06/2017, muestra como existe una clasificación de las bandas
delincuenciales en el país.
LAS BANDAS TIPO A
Son las que se conocen como las
GAO: El Clan del Golfo, con más de 800 integrantes, al mando de alias Otoniel,
y objetivo principal de las autoridades a través de la llamada operación
Agamenón. Los Rastrojos, aunque algunas autoridades aseguran que ya
desaparecieron, en los reportes de Fiscalía se calcula que tienen al menos 200
integrantes, al mando de alias Don César. El Ejército Popular de Liberación –
EPL, que estuvo fortalecido en la zona del Catatumbo, pero tras la muerte de su
máximo líder su cifra y participación en el crimen se redujo, al punto de que
sus integrantes se unieron a otras bandas, aunque en los últimos días ha
reaparecido con el uso del terror como medio para demostrar poder, como lo ha
hecho en el municipio de Corinto Cauca hasta donde han trasladado su accionar
terrorista en busca de fortalecer sus finanzas mediante el control del
narcotráfico.
TIPO B
Son por lo menos 50 grupos
criminales, entre ellos las llamadas GDO - Organizaciones Delincuenciales Organizadas.
Pero también hay un listado de bandas que recibieron a desmovilizados de los
paramilitares y la guerrilla; se dividen el país y las zonas de mayor
influencia por delitos.
En el Caribe: Los Pachenca, Clan
Marquitos, Los Giraldo, y Los Costeños. En el Llano: Los Sotos. En Putumayo: La
Constru. En Magdalena: Los Botalones. En Antioquia: Los Chatas, Pachelly, La
Unión, la Terraza, los Triana, San Pablo, Caicedo, La Sierra, San Javier,
Picacho, Robledo, Belén Rincón, Altavista y Trianón. En Amazonas: Los
Caqueteños. En Valle del Cauca: La Empresa. Y en el Eje Cafetero: Cordillera.
TIPO C
Son todos los grupos
delincuenciales que no superan 20 A 30 integrantes y su rango de criminal no
traspasa de ciertas localidades o barrios. En este caso, ni la Fiscalía ni la
Policía tienen datos exactos del número de grupos que delinquen en las
ciudades.
Disidencias de las FARC
La Fiscalía tiene identificados
al menos 16 grupos que se marginaron del proceso de paz. El frente primero de
las Farc, que es la disidencia más grande, bajo el mando de ‘Iván Mordisco’ y
‘Gentil Duarte’, tiene alrededor de 205 hombres que se ubicaron en los
municipios de Calamar, El Retorno y Miraflores (Guaviare), La Pradera
(Amazonas) y Taraira (Vaupés). Desde esas zonas estarían intentando controlar
las 7.102 hectáreas de hoja de coca que, según el Sistema Integrado de
Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci), hay en esas regiones. De los frentes 7, 27 y 40 salieron alrededor
de 85 hombres que no se acogieron a los acuerdos de paz y que se ubicaron en
Puerto Concordia, Puerto Rico, La Macarena, El Castillo y Vista Hermosa, en el
Meta. Y otros 35 exguerrilleros que estaban en los frentes 3, 27 y 40 ahora
delinquen en Mesetas y Uribe, en ese mismo Departamento. En Caquetá, al menos
35 exguerrilleros del frente 14 se establecieron en Cartagena del Chairá,
Montañita y San Vicente del Caguán. Y en Tumaco (Nariño), una de las zonas con
mayor presencia de disidencias, hay al menos 11 grupos que vienen afectando la
seguridad ciudadana. Allí, el grupo más grande es la ‘Gente del Orden’,
proveniente de la columna ‘Daniel Aldana’ de las Farc y que tendría alrededor
de 40 hombres.

Sin embargo, hay otras
organizaciones más pequeñas que funcionan sectorialmente y que tienen menos de
20 hombres, tal como la banda los ‘Tapita de Huevo’, ‘los Negritos’, la ‘banda
de Marihuano’, y la ‘banda de Wacho’, señalada de presionar a la comunidad para
evitar la erradicación de cultivos ilegales.
EL ELN
La otra guerrilla en proceso de
paz, y aunque le apunta a un cese bilateral de hostilidades, no deja sus
actividades criminales ligadas a la extorsión, el secuestro y se investiga su
participación con el narcotráfico. Se calculan por lo menos 1.500 hombres en
filas, extendiendo sus actividades a las zonas que dejaron las FARC en el
camino del proceso de paz.
EL MRP – MOVIMIENTO
REVOLUCIONARIO POPULAR
Se trata de un grupo no mayor a
100 integrantes que simpatizan con el frente Domingo Laín del ELN y que tiene
injerencia en las ciudades Como Pereira, Cali, Medellín y Bogotá.
Análisis
Con toda esta variedad, y
seguramente sin considerar a otros grupos de delincuentes, el futuro de
Colombia en temas de seguridad, esta distante en tener esa anhelada Paz, que
tanto quiere el pueblo Colombiano desde hace más de seis décadas.
Mientras las políticas de estado mantengan
su alta benevolencia e impunidad frente a delitos como el narcotráfico, y
mientras los grupos sociales apoyados por grupos al margen de la ley continúen
ayudando al incremento de cultivos ilícitos, y siempre se estén viendo como víctimas,
cuando en realidad son victimarios, el tema de la seguridad en el país es cada
vez más complicado, con el gran riesgo de que el conflicto escale a las
ciudades.
Por otro lado, mientras el
narcotráfico siga siendo el caldo de cultivo que alimente a todos estos grupos,
los actos de violencia continuaran. El incremento de la inseguridad ciudadana
apenas comienza a quejarse de los hurtos, del asalto a residencias y
establecimientos comerciales, del fleteo, de los hurtos a carros de valores y
un gran etcétera de delitos que vemos a diario.
Este será un tema en alza con
elementos nuevos dentro del accionar de la delincuencia, que ya tiene incluso participación
de personal interno de las organizaciones, que han sido recibidos sin el
cumplimiento de los requisitos mínimos necesarios para el cumplimiento de su labor.
Incluso con “delitos de película”, donde queda claro que se ha modernizado el
modus operandi de la delincuencia.
El panorama venidero es complejo
frente a temas de seguridad ciudadana. Por ello, el hombre de seguridad deberá
anticipar cada una de las situaciones que se puedan presentar, y es aquí en
donde la administración del riesgo es importante, con la ayuda de prospectiva
estratégica, que contribuya de manera eficiente a la anticipación de
situaciones de crisis.
Referencias