Diofanor Rodríguez CPP
Mucho se ha hablado de la cultura organizacional y la cultura de seguridad, pero muchas veces ni siquiera tenemos claro este último concepto.
Cuando se habla de cultura organizacional se dice que es el sistema de visión compartida por los miembros de una organización y que distinguen a esta de las demás. Esta definición parece simple. Pero cuando se habla de cultura de seguridad se avanza hacia un “callejón sin salida”, pues realmente no se tiene una definición exacta que sea aceptada en forma genérica. Así, quiero proponer una definición que es muy de mi gusto y es que la cultura de seguridad es una percepción común compartida por los miembros de una organización que nos indica unas pautas a seguir en el comportamiento dentro y fuera de la organización a la cual pertenecemos.
Esta definición implica varias cosas: Una, es que la cultura es parte del sentido sensorial, y dos, es que la seguridad es una percepción, como lo han demostrado muchos estudios de seguridad ciudadana en el mundo. Seguido a estos dos aspectos podríamos decir que las personas perciben la cultura de seguridad en función de lo que ven o escuchan dentro y fuera de las organizaciones.
El dilema sobre si existe o no cultura de seguridad en las organizaciones es el desafió constante de los gerentes de seguridad, pues es imperante lograr la aceptación y el creer en la seguridad en las organizaciones, partiendo de la transversalidad del concepto de seguridad, para ahora si poder afirmar de forma clara, precisa y concisa que la seguridad es tarea de todos.
De esta manera, si se genera una buena cultura de seguridad, se logran condiciones de fraternidad y coherencia en ambientes específicos de bienestar. El cultivar un buen ambiente contribuye de forma efectiva a incorporar el concepto de cultura de seguridad a la cultura organizacional para lograr que todas las unidades de la organización caminen hacia el logro de los fines o metas de la seguridad corporativa.
Es importante plantearse el interrogante de que tanto hacemos por lograr que exista cultura de seguridad en mi organización, o si por el contrario, utilizamos el tema de forma indiscriminada, pero realmente no hacemos los esfuerzos para lograrla.
Alguien define cultura como lo que queda después de que se olvida lo que se aprendió. En consecuencia, nos queda mucho camino por recorrer, ya que el concepto de enseñanza es dinámico y vivirá en constante cambio.
Finalizó con una frase de Lorence Prusak que dice “La cultura es la carta del triunfo sobre todo”
Mucho se ha hablado de la cultura organizacional y la cultura de seguridad, pero muchas veces ni siquiera tenemos claro este último concepto.
Cuando se habla de cultura organizacional se dice que es el sistema de visión compartida por los miembros de una organización y que distinguen a esta de las demás. Esta definición parece simple. Pero cuando se habla de cultura de seguridad se avanza hacia un “callejón sin salida”, pues realmente no se tiene una definición exacta que sea aceptada en forma genérica. Así, quiero proponer una definición que es muy de mi gusto y es que la cultura de seguridad es una percepción común compartida por los miembros de una organización que nos indica unas pautas a seguir en el comportamiento dentro y fuera de la organización a la cual pertenecemos.
Esta definición implica varias cosas: Una, es que la cultura es parte del sentido sensorial, y dos, es que la seguridad es una percepción, como lo han demostrado muchos estudios de seguridad ciudadana en el mundo. Seguido a estos dos aspectos podríamos decir que las personas perciben la cultura de seguridad en función de lo que ven o escuchan dentro y fuera de las organizaciones.
El dilema sobre si existe o no cultura de seguridad en las organizaciones es el desafió constante de los gerentes de seguridad, pues es imperante lograr la aceptación y el creer en la seguridad en las organizaciones, partiendo de la transversalidad del concepto de seguridad, para ahora si poder afirmar de forma clara, precisa y concisa que la seguridad es tarea de todos.
De esta manera, si se genera una buena cultura de seguridad, se logran condiciones de fraternidad y coherencia en ambientes específicos de bienestar. El cultivar un buen ambiente contribuye de forma efectiva a incorporar el concepto de cultura de seguridad a la cultura organizacional para lograr que todas las unidades de la organización caminen hacia el logro de los fines o metas de la seguridad corporativa.
Es importante plantearse el interrogante de que tanto hacemos por lograr que exista cultura de seguridad en mi organización, o si por el contrario, utilizamos el tema de forma indiscriminada, pero realmente no hacemos los esfuerzos para lograrla.
Alguien define cultura como lo que queda después de que se olvida lo que se aprendió. En consecuencia, nos queda mucho camino por recorrer, ya que el concepto de enseñanza es dinámico y vivirá en constante cambio.
Finalizó con una frase de Lorence Prusak que dice “La cultura es la carta del triunfo sobre todo”
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