Monday, August 17, 2009

DISEÑO URBANO Y DELITO- Diofanor Rodriguez CPP

El término “urbanismo” fue acuñado en 1867 por el ingeniero Ildefonso Cerdá Sunyer, en su obra “Teoría General de la Urbanización”, y lo definió como la “ciencia y arte de la ordenación urbana”.
“Designing out crime” (Prevención del delito a través del espacio urbano y arquitectónico): Más que una cimentación teórica, se trata de energías teóricas y prácticas profundamente interrelacionados, que ponen en vinculación la materia criminal con el desarrollo ambiental o urbano. En Estados Unidos, Oscar Newman, a comienzos de la década del 70, trabajó el vínculo entre el diseño arquitectónico y las tasas de delitos en las áreas de viviendas populares, arguyendo que el diseño urbano influye en el crimen, promoviéndolo y alentándolo o previniéndolo y disminuyéndolo. Propuso, en este sentido, el concepto de “defensible space” (espacio defendible) como el modelo de ambientes de viviendas populares que inhiben el delito, al ser expresión física de una comunidad que se defiende a sí misma.
A partir de esta perspectiva, el Gobierno Federal de Estados Unidos impulsó el desarrollo de prácticas de “crime prevention through enviromental design” (CPTED: prevención del delito a través del diseño ambiental) durante la década del 70, que resultaron en fracasos más o menos rotundos, por lo que en la década del 80 su difusión disminuyó notablemente. Sin embargo, en el contexto de Gran Bretaña, estas ideas fueron rescatadas por Alice Coleman a mediados de los 80. Esta autora identificó un grupo de “desventajas de diseño”: por ejemplo, múltiples accesos a un mismo espacio cerrado que constituían empíricamente un “índice de diseño desventajoso” con respecto a la producción del crimen. Argumentaba de esta manera que existía una correspondencia directa entre variables de diseño urbano y delito: cuanto más malo el diseño urbano, más altas las tasas de delito.
En la seguridad es importante conocer este concepto, pues ayuda a emplear adecuadamente los recursos destinados a la seguridad dentro de las organizaciones. De hecho, si se aplica la técnica de evaluación de la problemática urbanística y su relación con la delincuencia, proceso llamado por sus siglas en ingles Cpted (Crime Prevention Through Environment Design), se puede avanzar en un procedimiento que comprende un análisis urbano de la zona a modificar, las tendencias criminales, los usuarios de los espacios públicos cercanos, las evoluciones esperables en el vecindario y demás, con lo cual se mejorará consistentemente la seguridad de la organización que protegemos.
Este proceso se divide en dos etapas: la primera de calificación y la segunda de comparación con el Cpted. La calificación determina: a) Las condiciones ambientales, analizando tanto a la luz del día, como durante las horas nocturnas y los ciclos semanales, de qué manera se mueve la población; b) El alcance, número y la composición de delitos cometidos en la zona; c) La determinación de la composición demográfica de la zona, quiénes son los vecinos actuales y futuros; d) El análisis de los usos actuales y futuros de la zona y su potencial impacto sobre el vecindario, para determinar si existen bares, locales comerciales, casas de lenocinio, entre otros, y así saber, por ejemplo, si la presencia futura de determinados comercios o colegios o mayor tránsito puede modificar esas pautas criminales. Una vez realizado el diagnóstico, se comparan esos factores con el Cpted, estableciéndose las políticas a seguir en materia de: a) vigilancia, b) cómo reducir las áreas de conflicto y c) cómo hacer que el blanco delictivo sea de más difícil acceso.
Es importante decir que los empleadores y empleados cada día están más obligados a brindar un entorno seguro para el desarrollo de sus actividades económicas, lo que obliga a mejorar la percepción de seguridad tanto del cliente interno como del cliente externo, pues son ellos quienes en ultimas eligen basados en esta percepción donde realizar sus actividades, ya sean compras o recreación.
Esto busca entonces un enfoque sólido hacia la seguridad y protección logrando un lugar de mercadeo válido para cualquier mejora. Al mismo tiempo, la gente no quiere sentirse que están viviendo en un ‘estado policial’, constantemente rodeada de de personal armado y con cámaras de CCTV cubriendo cada una de sus movimientos.
La pregunta a realizarse es ¿Cómo puede el modelo CPTED satisfacer las necesidades de empleadores, trabajadores y público en general, sin ser obstructiva y efectiva en costo? Pues bien, todo inicia con la invitación al director de seguridad a participar en el proyecto desde el inicio, para evitar que la seguridad sea vista como una adición poco útil a un desarrollo, un ítem de costo el cual tendría poco impacto sobre el diseño en general.
Al planificar la seguridad, gran parte del enfoque se dirigía a miramientos más visibles, distintos de oficiales de seguridad, barreras, cámaras y equipos de control de accesos. Así, al incorporar la seguridad desde el inicio de un proyecto, los progresos de la seguridad podrán hacerse posibles, a la vez que se lograrán ahorros en aumento al reducir la necesidad potencial del ser humano y tecnología como solución para el crimen.
Lograr que la intervención de seguridad se dé en etapas tempranas del diseño proyecto, adoptando los principios de “Prevención del crimen a través del diseño ambiental de los proyectos, permititía una mejor planificarían de la seguridad como filosofía subyacente. Las decisiones del diseño fluyen a partir de este enfoque, a todos los elementos del proyecto en general, a saber, disposición de los caminos, espacios públicos, infraestructura y aún qué tipos de guardias de seguridad y rejas cerradas podrían tenerse para dar a los ocupantes una atmósfera total de seguridad, en oposición a una sensación de ser meramente custodiado.
Pero no sólo son los aspectos físicos del diseño necesitan ser considerados. Los factores operacionales son igualmente importantes. ¿Quiénes son las autoridades? ¿Qué lugar tendrá la seguridad privada en el diseño? ¿Cómo se coordinarán las comunicaciones? ¿Qué planes hay en ejecución para el monitoreo y protección de la infraestructura crítica? Las estructuras de emergencia local y las autoridades de mandato de la ley también necesitan estar involucradas en la decisión en una etapa temprana, para incorporar sus necesidades y capacidades al concepto.
Es de vital importancia decir que se pueden disminuir directamente los llamados “delitos de oportunidad” con mejoras en el diseño urbano, pues se supone que una mayor sensación de seguridad ayuda a utilizar el espacio público con el consecuente aumento de la vigilancia natural.
Las estrategias a plantearse entonces están relacionadas con; promover la vigilancia natural, fomentar el control de accesos de forma natural, estimular la colaboración y la confianza entre los que forman una empresa, reforzar la identidad con el espacio púbico y fomentar la responsabilidad y participación de la comunidad en pro de la seguridad. La metodología CPTED está basada, fundamentalmente, en el aumento de la vigilancia natural y en el trabajo participativo, y ambas cosas dependen de lo que Bauman llama educación para la civilidad.
Aquí unos ejemplos que espero contribuyan a repensar el tema de la seguridad que aplicamos en nuestras organizaciones basados en el concepto costo beneficio.


Referencias:
Artículos del señor Matías Rulli
www.skmconsulting.com/knowledge_insights/Publications/Achieve+Magazine/
Imágenes tomadas de la revista de la Fundación chilena “Paz Ciudadana”, espacios urbanos seguros.

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